lunes, 4 de julio de 2011

Llegaste


Y por fin llegaste y tal cual mariposa te posaste sobre mi cabeza y me convertiste en primavera, con un eterno atardecer en los ojos cuando te miro, con la resplandeciente mañana en mi boca cuando me haces sonreir y la brisa fresca que jugutea en mi oido cuando me hablas. Haces florecer el arbol del amor en mi que constantemente da frutos que te ofresco para nutrir tu alma que ya es la mia. Y las pequeñas criaturas que son mis dedos, corren, juegan y se deleitan por tu espalda por la pradera de tu vientre por las colinas de tus pechos por las montañas de tus muslos y descansan mansamente en la tranquilidad de los rios de tu cintura.
No me sorprende pero si me alegra tu llegada ya que mi espera habia sido hace muchos inviernos y es por ello que seguro estoy que esta primavera sera eterna, que las aves te cantaran en voz de mi alabanza por siempre y que nunca, nunca jamas este cuerpo tuyo invierno sera...

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